La mitad de los británicos que viven bajo el umbral de la pobreza tienen discapacidad. Casi la mitad de las personas que viven en la pobreza en el Reino Unido, el 48 por ciento, tienen discapacidad o viven con algún familiar que la tiene, según un informe recién publicado por el centro de estudios económicos New Policy Institute de ese país.
La investigación, encargada por la Fundación Joseph Rowntree, dedicada al estudio de la vulnerabilidad social y la ayuda a colectivos desfavorecidos, ha revelado que en torno a cuatro millones de personas con discapacidad viven bajo el umbral de la pobreza en el Reino Unido, y otros 2,7 millones de personas sin discapacidad que conviven con una persona que la tiene también se encuentran en esa situación.
Además, en torno al 20 por ciento de los británicos con discapacidad tienen dificultades para afrontar el coste de bienes básicos como los suministros del hogar, entre ellos la calefacción, según este documento.
El estudio añade que las personas con discapacidad tienen muchas más probabilidades de vivir en la pobreza que las que no tienen discapacidad, y por ello el Ejecutivo británico “debería centrar los esfuerzos para la reducción de la pobreza en este colectivo”, subraya Adam Tinson, investigador del New Policy Institute.
DIFICULTAD PARA ACCEDER AL EMPLEO
Los británicos con discapacidad se enfrentan a mayores dificultades para acceder al mercado laboral -su tasa de ocupación es del 46%, frente al 80% entre el resto de la población-, en especial en ciertas regiones, como el noreste del país e Irlanda del Norte, por lo que los asutores del documento hacen un llamamiento para que se resuelvan esas diferencias regionales y que las pensiones para personas con discapacidad se revisen y adecúen a sus necesidades.
Según datos de la organización británica de personas con discapacidad Scope, la discapacidad de uno de sus miembros puede incrementar el gasto de una familia en 640 euros mensuales, lo que reduce las posibilidades de ahorro e incrementa el riesgo de contraer deudas.
Por ello, desde esta entidad piden al Ejecutivo británico que no recorte las pensiones que perciben para poder hacer frente a dichos gastos extraordinarios.
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