Oficial británico empeña su palabra y la cumple: Sale de campo de prisioneros y regresa.



 
Pocas semanas despueés del comienzo de la Primera Guerra Mundial, el capitán del eje?rcito británico Robert Campbell se encontraba al mando del Primer Regimiento East Surrey en una posicio?n cercana al Canal de Mons-Conde?, en el noroeste de Francia, cuando sus tropas fueron atacadas por el eje?rcito alema?n. Durante el combate, el joven capita?n de 29 an?os fue gravemente herido y capturado, siendo trasladado a un hospital militar en Colonia (Alemania), donde fue tratado de sus heridas antes de ser enviado al campo de prisioneros de guerra de Magdeburg, en Alemania.

Robert Campbell
Robert Campbell

Al cabo de dos años, durante su internamiento en Magdeburg, Campbell recibio? una carta con una triste noticia: su madre, Louise, padeci?a ca?ncer. Le quedaba muy poco tiempo de vida y Campbell se encontraba muy lejos de su hogar y de su querida madre. En un intento desesperado, el capita?n decidio? escribir una carta al mismi?simo Ka?iser Guillermo II, roga?ndole que, por motivos humanitarios, le permitiera ver a su madre por u?ltima vez y despedirse de ella. Sorprendentemente, el Ka?iser contesto? la peticio?n permitiendo a Campbell regresar a su casa familiar en Gravesend (Kent) para visitar durante dos semanas a su madre agonizante. El emperador alema?n solamente puso una condicio?n: Campbell deberi?a dar su palabra de caballero y de oficial del Eje?rcito Brita?nico de que, finalizada la visita, volveri?a al campo de prisioneros. Robert Campbell dio su palabra al Ka?iser.


Campbell regresa

Los Archivos Nacionales Brita?nicos contienen documentos que demuestran la intervencio?n de la Embajada de Estados Unidos para llevar a buen fin el acuerdo entre Alemania y Campbell, que llegaría a Inglaterra el 7 de noviembre de 1916. Se cree que viajó hasta la neutral Holanda y desde allí tomó un barco a Kent. Y asi? fue como Campbell pudo ver a su madre y despedirse de ella antes de regresar —dentro del plazo concedido por el Ka?iser— al campo de prisioneros de Magdeburg, cumpliendo con ello su palabra de caballero. Su madre fallecería en febrero de 1917, cuando Robert todavía seguía preso… aunque no sería la única ocasión en la que “saldría” de Magdeburg. Siguiendo la máxima que reza que los prisioneros de guerra tienen la obligación de intentar escapar para mantener ocupados recursos humanos enemigos, junto a otros prisioneros escaparon por un túnel que habían estado excavando durante 9 meses. Fueron capturados en la frontera de Holanda y devueltos a Magdeburg. Robert fue liberado cuando finalizó la guerra y permaneció en el ejército hasta 1925. También participó en la Segunda Guerra Mundial y falleció en 1966 a la edad de 81 años.

Lamentablemente, los británicos no respondieron en el mismo sentido con una petición similar: el prisionero alemán Peter Gastreich se encontraba preso en la Isla de Wight cuando supo que su padre se estaba muriendo, y al igual que Robert pidió poderlo visitar para despedirse; pero el Departamento de Guerra británico no lo permitió…
No se puede reconocer la liberación temporal en base al precedente de la liberación condicional del capitán Campbell. No fueron consultados antes de que el Gobierno alemán concediese la licencia al oficial y no habrían dado su consentimiento a dicha propuesta si se les hubiese planteado.
Documento Eje?rcito Brita?nico

La realidad es que a los británicos no les hizo ninguna gracia aquella concesión humanitaria. De hecho, el único motivo para no impedir el regreso del capitán fue que estaba en juego la palabra de un oficial británico. Si estuviese en vuestras manos, ¿actuaríais como el gobierno alemán o británico?