Perseverancia y creatividad - Joven que dijo no a Google y Microsoft.


29 de marzo de 2016
¿Quién puede decir no a una, sino a dos de las mejores empresas del mundo para cumplir un incierto sueño de emprender? Jordan Kunzika pudo haber firmado jugosos contratos con Microsoft o con Google sin ni siquiera haber cumplido 21 años, pero ha preferido ser fiel a sí mismo y crear un camino que luego sirviera de ejemplo para otros afroamericanos. ¿Cómo?
Diseñando la primera app de citas especialmente diseñada para ellos. 

Las apps de ligoteo viven su época dorada. Pero aunque hay una gran variedad de ellas -Tinder, Happn, Grindr, OkCupid, Match…- todavía hay hueco de mercado para una más. Porque no todo el mundo liga en igualdad de condiciones. Y si no, que se lo digan a los afroamericanos. Según un interesante estudio sobre OkCupid, los usuarios negros son penalizados de manera injusta por el buscador de esta herramienta: aparecen mucho menos que los de otras razas cuando alguien busca pareja.
Para intentar corregir esta discriminación, tres jóvenes estadounidenses de color lllamados  Jordan Kunzika, Brian Gerrard y Justin Gerrard,  han creado BAE (Before Anyone Else), una app que aspira a crear una experiencia de uso mucho más agradable para los que son marginados por otras aplicaciones. 




Y para conseguir su objetivo, han empezado una intensa campaña de promoción en las llamadas Universidades Históricamente Negras de Estados Unidos, también llamadas HBCU por sus siglas en inglés. En estos centros educativos el número de alumnos afroamericanos es mucho mayor que en el resto de universidades del país. Para conseguir nuevos usuarios, los tres promovieron encuentros de citas rápidas en las que los jóvenes podían conocer en persona a los usuarios con los que hubieran congeniado en la app. Gracias a esta estrategia, BAE consiguió rápidamente 17.000 usuarios en abril de 2015, y desde entonces esta cifra se ha multiplicado por 10. 

Jordan Kunzika, el cerebro de BAE, explica en TechCrunch que la app surgió de manera natural por su experiencia en la vida. “Estoy acostumbrado a ser el único negro en las clases de ingeniería informática. Sé que en mi disciplina tengo muy pocos modelos de conducta de mi raza en los que fijarme. En seguida me di cuenta que dependía de mí dejarme arrastrar por esta situación y esta negatividad, o convertirlo en una motivación para tener éxito y los que vinieran después de mí tuvieran un referente como yo que les motivase”.