Luchar contra las identidades que generan violencia. Amartya Sen.

Hace años que venía posponiendo el compartir este artículo y que creo que viene de perlas "ahora que empieza a tomar cuerpo esto de la Paz, en Colombia. Bueno, al menos empezamos el discurso...

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NOta: Al final adjunto documental alusivo al tema en el marco de ESO que ahora designan como "un marco global de la (tal) geopolítica..."
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Cito:
Amartya Sen, Premio Nobel de economía (no de la paz) lo dijo con elocuencia: Luchar contra las identidades que provocan violencia.


  Cito - En «Culture and Identity», escrito en Agosto de 1998, Sen señala la necesidad de reflexionar sobre la identidad, y sobre todo, sobre el modo en que es utilizada con fines políticos. «Vivimos en un mundo muy divisivo, y hay muchas batallas hechas en nombre de la identidad»4.
El principal problema al que se enfrenta en este artículo es el del planteamiento de la identidad mediante una lógica exclusivista, que no permite el solapamiento de lealtades de varios tipos.

Ya desde ese artículo hasta Identidad y Violencia, Sen no ha parado de señalar y recordar la necesidad de repensar tal concepto, para sacarlo de las garras de aquellos que contribuyen a que por medio de la apelación a la identidad mueran personas inocentes. Su intención no es restar importancia al valor de la identidad en la vida humana. La identidad, como él mismo destaca, «puede contribuir a la firmeza y calidez de nuestras relaciones con otros»5. Basándose en el estudio de Robert Putnam6, Sen muestra cómo el sentirse parte de algo, la identificación con un grupo, puede hacer que la vida de todos sea mejor dentro de una comunidad determinada. El sentido de pertenencia es considerado, por lo tanto, como un recurso, al igual que el capital. El problema para Sen no es este. El problema descansa en que ese mismo sentido de la identidad puede excluir a quien no forme parte de ese grupo.
Esta tesis no es nueva, y en este sentido Sen no aporta nada nuevo a lo que Carl Schmitt destacó hace casi un siglo7. La idea destacable del planteamiento de Sen es que la identidad es «Las posibilidades de que haya paz en el mundo contemporáneo bien pueden residir en el reconocimiento de la pluralidad de nuestras filiaciones y en el uso del razonamiento, que nos muestra que somos habitantes comunes de un mundo amplio, en vez de convertirnos en prisioneros rígidamente encarcelados en pequeños contenedores»10


La solución no es fácil, ya que los intereses políticos y económicos empujan a ciertas élites a manipular los sentimientos de identidad de las distintas personas, haciéndoles pensar, por medio de una lógica exclusivista, que son parte de un solo grupo. Pero la pone aún más difícil el hecho de que la «ilusión de la singularidad» también ha contaminado al ámbito intelectual, sobre todo —señala Sen— a una parte de los teóricos sociales y culturales del denominado comunitarismo y a los «que clasifican a la gente en pequeños casilleros de civilizaciones dispares»11.


II


Los comunitaristas conceden un papel importante a la identidad, y esto es algo a lo que Sen, como hemos señalado antes, no se opone:


«Los comunitarios tienen razón en subrayar la importancia que tiene el sentido de identidad en guiar la propia vida, aunque no resulta tan claro cómo la identidad puede consistir tan solo en descubrir algo acerca de uno mismo en lugar de ejercer una opción…»12.

El problema es que cometen varios errores. Por un lado, caen en la «ilusión de la singularidad», planteando la identidad desde un punto de vista reduccionista, ya que suponen que cualquier persona pertenece a una sola colectividad. Esto, como apuntábamos antes, es fuente de grandes conflictos en nombre de la identidad, y en opinión de Sen debe ser combatido desde todos los frentes. 


Además, la identidad que los comunitaristas defienden es aquella que se identifica con la comunidad, por lo que la pertenencia a tal comunidad a menudo se entiende como una extensión del yo a la que no se puede renunciar13. Esto implica que, por un lado, la persona que se identifica con la comunidad no tiene acceso a otras concepciones de la identidad distintas a las que la comunidad le puede proporcionar, y por otro lado, que la identidad es algo que se descubre, lo que nos hace «prisioneros de nuestras ubicaciones y filiaciones»14.

Sen opone su concepción de la identidad a la concepción «comunitarista». Esta última da prioridad a la identidad con respecto a la elección. Para estos —apunta Sen— la identidad es planteada como un descubrimiento y aceptada de modo acrítico. Sen señala, sin embargo, que la identidad nos puede venir por distintas fuentes, y que es necesario destacar el papel de la elección razonada a la hora de identificarnos con una colectividad determinada. Como este afirma, el pensamiento comunitarista ha ido ganando respeto en la presente teoría social, política y moral15, y con ello su concepción de la identidad como descubrimiento, lo que puede tener graves consecuencias no solo a la hora de entender los procesos de identificación, sino a la hora de administrar políticamente la diversidad cultural.


Podríamos decir, a riesgo de simplificar una disputa teórica, que Sen se sitúa a medio camino en la polémica entre liberales y comunitaristas, ya que por un lado reconoce de un modo positivo la crítica que el comunitarismo lanzó al liberalismo. Como él mismo señala, «el pensamiento comunitarista nació, al menos en parte, como un enfoque constructivo de la identidad»16. Mediante este enfoque, los denominados comunitaristas pretendían contextualizar al individuo que la teoría política liberal había desvinculado de todo tipo de raíces en el pasado, y de una comunidad social en el presente. Sin embargo, apunta Sen, «lo que comenzó como un intento teórico sumamente loable de considerar a los seres humanos de un modo más “íntegro” —y más “social”— ha terminado alumbrando una concepción muy restrictiva de los seres humanos en tanto que miembros de un único y homogéneo grupo social»17. A pesar de haber intentado integrar al individuo en una red de relaciones, esta visión se ha traducido en el descuido de la importancia de la pluralidad de la identidad y las relaciones sociales. «La visión subyacente es la de una humanidad drásticamente reducida»18


Si comparte con los denominados comunitaristas la idea del individuo en un contexto social, en lo que se acerca a los liberales es en su insistencia en la capacidad de elección razonada de la identidad. La tradición liberal, desde Stuart Mill hasta Rawls y Dworkin comparte el supuesto de que las creencias sobre la vida buena son falibles y revisables19. La identidad en Sen y por oposición a los planteamientos de los denominados comunitaristas, y en concreto a Michael Sandel, no es algo que se descubre, ni algo único, sino que tenemos diversas filiaciones que pueden servirnos de fuentes de identificación. Estas fuentes pueden provenir de «la ciudadanía, el origen geográfico, el género, la clase, la política, la profesión, los hábitos alimentarios, los intereses deportivos, el gusto musical, los compromisos sociales»20. Ninguna de estas identidades tiene por qué prevalecer sobre las demás, como nos hace entender la lógica exclusivista de los planteamientos «singularistas», sino que puede haber un solapamiento de lealtades nacionales, religiosas, geográficas y de otros tipos, y eso no implica que la identidad sea algo débil, sino que es maleable y contextual. Resulta difícil creer —afirma Sen— que una persona no puede decidir qué importancia relativa puede asignarles a los diversos grupos a los que pertenece, y que debe «descubrir» sus identidades, como si se tratara de un fenómeno natural. Al contrario de lo que plantean los comunitaristas, «siempre estamos haciendo elecciones acerca de las prioridades que debemos asignar a nuestras diferentes filiaciones y asociaciones». Por ello, es sumamente importante reconocer esa libertad de elección, ya que puede ayudar a luchar contra las concepciones «singularistas» de la identidad21


PDF con el artículo completo
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Oootra cosa es que estamos en el umbral de la crisis energética, en que "nuestra dizque civilización DEPENDE DE LOS HIDROCARBUROS hasta para generar la electricidad y absolutamente nada qué decir del transporte..." Y lo doblemente pasmoso es que no se habla de decrecimiento PORQUE EL CRECIMIENTO NO PUEDE SER INDEFINIDO - infinito - con recursos finitos...


Se alimentan o mejor, se reviven los fundamentalismos para entrar a justificar lo injustificable. La fábrica de juguetes DE ALGUNA FORMA tiene que vender los juguetes, creando la necesidad o la justificación de su uso, por supuesto.
Dejo el documental siguiente y ya verás como es que van los cañonazos...



(Vaya tema apasionante, por adornarlo con "un tono poético")


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NO HAY QUE OLVIDAR QUE, "Las palabras son tan solo convenciones, meras alusiones. Y sirven HASTA PARA justificar lo injustificable. Oootra cosa es ACTUAR COHERENTEMENTE"
No "la coherencia que creemos tener desde el confort de nuestra burbuja"...Bla, bla, bla y de ("La Verdadera Realización"), de Aquello nada.