No es que sea feliz no creyendo en Dios. Esa era otra forma de relación. Eran otros los conocimientos. Y en cierto momento hasta fue angustiante esa perdida lo cual me devolvió "el sentido de responsabilidad" en otra dimensión. Me gustaría volver a creer como lo hice cuando era un niño, solo que
expulsados de ese paraíso del creer en el que no nos atrevemos a cuestionar "las verdades dogmáticas" sobre las que se asientan nuestras creencias, como si en verdad "los dirigentes los pusiera Dios", y confrontados a "la realidad" en la que "nuestra casa, nuestra bella, mil veces bella Pachamama se desmorona, es otra nuestra relación con el mundo: Relación que debemos crear, re crear por nosotros mismos...
expulsados de ese paraíso del creer en el que no nos atrevemos a cuestionar "las verdades dogmáticas" sobre las que se asientan nuestras creencias, como si en verdad "los dirigentes los pusiera Dios", y confrontados a "la realidad" en la que "nuestra casa, nuestra bella, mil veces bella Pachamama se desmorona, es otra nuestra relación con el mundo: Relación que debemos crear, re crear por nosotros mismos...
Enajenado como siento que he estado o me han tenido o manipulado, no importa, ¿Cómo me religo, re uno con el mundo, del cual “soy” parte? ¿Y qué relación tiene la Inteligencia , “mi” inteligencia como "capacidad para resolver problemas (RAE)" con lo que está sucediendo y con lo que va a suceder?...
Y aclaro: Al decir que no soy feliz no creyendo en Dios no quiere decir que sea infeliz. Quizás la felicidad es la realidad misma: Un proceso en continua construcción. La felicidad nuestra que incluye al otro, al grupo, a la naturaleza misma. La felicidad de sabernos en armonía y en ruta a "estahdos de conciencia más elevados"...De ahí que la felicidad sea lo ético. Así “lo ético” es nuestra salvación, iluminación, liberación o como queramos llamarlo...