Del miedo, la manpulación y la libertad.

 El miedo es un tigre suelto.

 Las sociedades que se basan en el miedo no pueden funcionar. Cuando la población vive asustada, por el temor a que pasen a buscarlo por su casa o por el temor de quedarse mañana sin trabajo, deja de pensar con claridad y desaparecen los lazos que unen a los vecinos. 


Mientras tanto, el poder, que desata ese miedo, se erosiona también
aunque no lo crea, porque a medida que el terror aumenta se vuelve cada día más difícil conocer la realidad, porque todo el mundo le dice al poder sólo lo que quiere oír.

Desatar el miedo es, por tanto, como desatar un tigre: aterrorizas a tus vecinos, pero quien lo desata nunca puede estar seguro de que conseguirá atarlo de nuevo o de si mantiene o no su control sobre la fiera.
Fuente 

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Del miedo, la manipulación y La Libertad


El otro día me comentaba una amiga que cómo engañaba y manipulaba a la pobre gente un orador de determinado partido político, negando la realidad evidente de lo que está sucediendo en España.

Reflexionando sobre ello, me decido a escribir las siguientes líneas.
Sí, sí, los manipuladores y mentirosos son malos malísimos y odiosos, es verdad, pero también es verdad que no es el único agente de las enfermedades sociales y políticas que aquejan al planeta y, en concreto, a este país.

El problema también es que la gente se lo cree. El manipulador no puede manipular si no cuenta con el consentimiento del manipulado. La gente tiene su parte de responsabilidad, una gran parte, en el proceso de progreso y éxito de la manipulación. Es más, muchas veces, cuando les cuentas la verdad, van y no te creen y eligen creer sólo al manipulador. Incluso, muchas veces, aún más allá, te rechazan con violencia y furia cuando les cuentas la verdad, practicando el viejo vicio de matar al mensajero, adornado en estos tiempos con el vicio complementario de adorar al manipulador.
La gente es responsable de sus actos, mucho más de lo que ellos mismos quieren asumir y también mucho más de lo que pensamos nosotros y nosotras.

La gente tiene mucha más libertad de la que ellos mismos quieren creer que tienen. Mucha gente se niega en redondo a ejercer su libertad y elige con fruicción al manipulador que le dice que no la tiene, a sabiendas de que eso es mentira, porque tienen miedo-pánico a ejercer su propia libertad.

Mucha, muchísima gente prefiere auto-engañarse pensando que no tienen libertad ni capacidad y que necesitan un salvador o salvadores que les muestren la luz, el camino, e, incluso, que hagan las cosas por ellos, o, al menos, que les digan detalladamente lo que tienen que hacer.

Es auto-engaño, porque esa gente renuncia voluntariamente en su interior a ser conscientes de la gran libertad que tienen para gestionar su vida, o luchar por gestionarla y conseguirlo, de las grandes capacidades que tienen para llevarlo a cabo y en lugar de eso, por miedos irracionales, eligen enterrar sus talentos no vaya a ser que el dueño de la hacienda se cabree porque los ha empleado mal y los ha despilfarrado. Miedo.

Mucha, muchísima gente en este país, a lo que más pánico le tiene es a tener que gestionar su propia vida, a tomar sus propias decisiones, a ejercer su libertad y poner a rendir sus capacidades, sus talentos, porque tienen un miedo ancestral e irracional a equivocarse, y ese miedo al error, al fracaso, es lo que les lleva a la inacción y a dejarse manipular por el primero que les hace un poco de gracia. No se dan cuenta de que el mayor error, el mayor fracaso es, precisamente ese: renunciar interiormente voluntariamente a su libertad y a ejercer sus capacidades y dejarles que otros les guíen, muchas veces manipuladores sin escrúpulos.

El mayor error es no hacer nada, el mayor fracaso es la inacción, es enterrar tus talentos y no ponerlos a producir, es renunciar voluntariamente a tu propia libertad. El hacer cosas y ponerse en marcha, el tomar tus propias decisiones, es un éxito ya en sí mismo, aunque te equivoques y la cagues, aunque aparentemente fracases, porque, si tienes esa dinámica, esa manera de afrontar la vida, que es ejercer tu libertad y tomar tus propias decisiones, aún del peor de los fracasos, aún del más grande de tus errores serás capaz de recuperarte y llegar a tener incluso más éxito de lo que pretendiste en un principio.

Manipuladores, mentirosos, interesados, políticos siempre va a haber. Pero nada solucionaríamos erradicándolos a todos si eso no fuera acompañado de una nueva actitud general de las personas de asumir su propia libertad y gestionar su propio destino confiando en y utilizando sus propias capacidades, porque, al poco tiempo, volverían a aparecer otros que harían lo mismo.

Al igual que poco ganamos al esterilizar completamente un ambiente si nuestro sistema inmunológico es deficiente. No se trata de eliminar todos los virus y bacterias del universo, porque virus y bacterias siempre va a haber, sino, más bien, de tener sistemas inmunológicos sociales y políticos que nos permitan llevar a cabo una verdadera democracia en libertad aún con la existencia de gente interesada, corrupta, malvada, manipuladora.

Al igual que nuestro sistema inmunológico biológico deja inoperantes a tantos virus y bacterias que nos atacan todos los días, y nosotros ni siquiera nos enteramos, al igual deberíamos formar sociedades en las que económica, política y sociológicamente, estos manipuladores sin escrúpulos que actualmente campan a sus anchas por el espacio político, quedaran totalmente inoperantes, sin efecto, sin poder ninguno, sin capacidad de hacer daño por el efecto de una sociedad inmunizada contra ellos, una sociedad culta, bien formada, con recursos mentales e intelectuales adecuados, pero, sobre todo, sin miedo, sin miedo, sin miedo, que, al fin y al cabo, no es más que una consecuencia, el vivir sin miedo, del desarrollo de lo que propongo.

La libertad se puede entender como la capacidad más o menos grande que tienes para gestionar tu propio destino pero también como la actitud conducente a maximizar esa capacidad de gestión de tu destino, de autogestión de nuestros destinos, de manera individual y colectiva simultáneamente, porque todas y todos dependemos de todas y todos. Esto es muy importante que lo recordemos. La libertad entendida de manera exclusivamente individual es egoísmo, y la libertad entendida de manera exclusivamente colectiva es alienación. La libertad es A LA VEZ un concepto, una actitud, una praxis que debe ser desarrollada de manera conjunta y coherente en el plano individual y en el plano colectivo.

El plano individual y el colectivo de la libertad son dos planos complementarios, necesarios y que tienen una relación de dependencia el uno del otro que no se puede suprimir. No existen la libertad individual ó la libertan colectiva. Existe la libertad individual y la libertad colectiva. Juntas e inseparables de manera que son una misma cosa: la libertad. Es absurdo y ontológicamente aberrante contraponer conceptos que son, necesariamente, complementarios. Eso sí que es manipular, crear la lucha inexistente entre libertad individual y colectiva. Inexistente porque la libertad desarollada exclusivamete en cualquiera de esos dos planos se convierte automáticamente en esclavitud, de distinto signo y contenido, con distintos amos, pero esclavitud, al fin y al cabo, luego no se puede considerar que ninguna de las dos por separado puedan llamarse, puedan alcanzar la categoría de libertad. La libertad sólo es y existe si es simultáneamente individual y colectiva.

Y, realmente, el único enemigo que tiene la libertad es el miedo. Realmente, el único enemigo que tiene el ser humano es el miedo, normalmente el miedo a sí mismo y/o a los miedos que lleva impregnados, que no impresos, en su interior.

El día que nazca un ser humano sin miedo, ese día habrá nacido Dios, porque ese ser humano será capaz de hacer cualquier cosa en el sentido más amplio de la expresión.

Sin miedo.

https://adoranser.wordpress.com/2015/04/12/del-miedo-la-manipulacion-y-la-libertad/
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